jueves, 12 de marzo de 2015

Que pa si e´ solo un tractor...

En el día de ayer, martes 27 de mayo, hemos hecho entrega de un tractor 0 Km a la Asociación de Pequeños Productores de Pancho Cue y Palmita, es decir de las zonas rurales de Alvear. 

Pero antes creo que se deben explicar algunas cosas o sino no se entiende por qué tanta gente se juntó en el evento, o por qué tanta alegría, como si estuviéramos resolviendo un problema demasiado importante para muchos. Y es así. Pancho Cue y Palmita y Arroyo Méndez y especialmente la segunda sección rural de Alvear viene sufriendo de manera progresiva, pero sistemática e ininterrumpida un proceso de deterioro de sus hombres de campo, de sus chacareros, de sus pequeños productores. Históricamente fue una zona rica en producción, tanto para el auto consumo, como para el abastecimiento interno de sus productos primarios. Se plantaba y se plantaba mucho. La gente vivía y vivía bien en esos lugares. Los colegios rurales tenían una importante matrícula que los justificaba plenamente y resultaba una opción real para salir de la pobreza y de la exclusión. Sin embargo a partir de un buen tiempo a ésta parte. La gente se está yendo progresivamente de sus chacras, abandona y muchas veces deja en tapera sus propias historias de familia, a la buena de Dios y huyen hacia el pueblo o hacia otras localidades donde encontrar mejores condiciones de subsistencia. Hay zonas rurales donde no hay caminos transitables, hay zonas rurales donde no hay agua para beber, hay zonas rurales donde no llega el tendido eléctrico. Vivir así no es vivir. Y por supuesto hay muchos que se van. La zona rural de Alvear es un creciente desierto de recuerdos de un tiempo pujante que ya no existe. 
Los gobiernos sucesivos no han hecho absolutamente nada para revertir éste proceso, por el contrario, lo han sostenido y hasta promovido, porque detrás de ésto hay un enorme negocio inmobiliario ligado principalmente a la forestación. La ecuación es sencilla. Sin posibilidades de vida, la gente de campo se ve obligada a vender a precio vil su tierra que son comprados por capitales importante que invierten en forestación, principalmente de pino y eucalipto, que es el principal cultivo que creció en toda la zona. Los gobiernos conservadores han sido cómplices de éste proceso y han participado de las ganancias que de ello se derivan.
Para el pequeño productor, nada. Sólo el cuerpo doblado por la amargura y la cara arrugada por la desazón y el cansancio. 
Por eso un tractor es vivido como una oportunidad. Porque es una herramienta de trabajo, de esperanza, de inclusión. De eso no cabe ninguna duda y de ahí deviene la alegría con la que los pequeños productores que todavía resisten en la zona, recibieron ésta herramienta fundamental valuada en $350.000, para que ellos, y nadie más lo cuiden, lo usen, lo transformen en un bien de producción, de riqueza y de solidaridad.
Que pa si e´solo un tractor, decían los contreras. 
Y sí, es solo un tractor. Ni más, ni menos. El resto está puesto en las manos y en la inteligencia y en la cultura de esos hombres laburantes que no le hacen asco a poner el lomo frente a las adversidades. Aunque también hay que recordar que gracias a otro programa nacional (de microcréditos) hay fondos por $250.000 que hace más de un año vienen rotando para favorecer a los mismos pequeños productores rurales. O la máquina ordeñadora que también a partir de un programa nacional se adquirió para la misma zona. O el arado de dos discos que ahora está en trámite de salir a partir de las gestiones en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación que venimos haciendo. 
Y sí. Es posible que sea un tractor nada más. Pero para el que quiere vivir en su tierra, trabajar en su tierra, generar riquezas en su propia tierra, es algo más. Es algo mucho más importante. Es en definitiva la posibilidad concreta y real de vivir con dignidad donde eligió hacerlo, sin tener que mendigar ni tener que andar de un lado para otro. Es como el agua para el que tiene sed.


Marcelo González

P/D. A toda la gente que nos acompañó muchísimas gracias por el cariño y reconocimiento de siempre